Llevar la bici en el avión


Si eres de los que no renuncian a practicar el cicloturismo sin fronteras de ningún tipo, tarde o temprano te verás viajando con la bicicleta a bordo de un avión; os contamos nuestra experiencia.  

Con el espectacular descenso de las tarifas aéreas y la multiplicación de las compañías de bajo coste, hay que valorar con detalle si para viajes de determinada envergadura nos compensa desplazarnos en nuestro vehículo particular ya que, salvo que hagamos el desplazamiento en compañía de varios colegas, distribuyendo los gastos a medias, es fácil que nos salga más barato viajar en avión.

Debido a los continuos desplazamientos que tenemos que hacer, por motivos laborales, hemos tenido que transportar con nosotros la bicicleta en muchas ocasiones, pudiendo utilizar nuestra experiencia para aconsejaros sobre algunos detalles puntuales.

Billetes y precios
Aunque os pueda parecer que no hay normas escritas y que depende de la interpretación del responsable de turno de la compañía aérea algunos detalles sobre el transporte de bicicletas, es todo lo contrario: es imprescindible informar a la compañía (a la hora de reservar el billete) que vamos a viajar con una bicicleta. Este evento constará en el billete: si no lo hacemos así pueden negarse a cargar la bici si la bodega de carga está llena.

La bicicleta paga facturación de equipaje como una mercancía extraordinaria debido a su volumen, no al peso. El precio puede ser de entre 30€ y 60€ por trayecto (nos han cobrado lo mismo en vuelos nacionales como internacionales), pero algunas compañías hacen la vista gorda y nos permiten transportar la bici sin coste adicional, como si de una maleta se tratase.

Previsión
Si cada vez es más necesario, debido al incremento en las medidas de control y seguridad, estar con una hora de antelación en los mostradores de facturación de un aeropuerto, al viajar con una bicicleta os aconsejamos que estéis con 2: así evitaréis problemas de overbooking con el equipaje y dispondréis del tiempo necesario para facturar la bicicleta en las cintas de mercancías especiales por las que llegan hasta la bodega de carga de los aviones.

Caja, bolsa o maleta
Hay diferentes maneras de embalar la bicicleta, si vas a realizar sólo algún viaje ocasional, no es necesario que compres una costosísima bolsa o maleta específica para bicicletas: bastará con que pases por tu tienda habitual de bicis y les pidas una caja de cartón (que te den también los blindajes internos) de las que contienen las bicicletas nuevas, con un rollo de cinta de precintar podrás embalar tu bicicleta a la perfección para el viaje.

Pero si viajas a menudo con tu bicicleta, no desestimes adquirir una bolsa almohadillada (también te sirve para meter la bici dentro de coches y furgonetas) o, incluso, una costosa maleta: es donde más protegida va la bicicleta, pero pesa bastante y se maneja peor.

Guardar la bici paso a paso
Aunque debería ser tan simple como quitar las ruedas y meter la bicicleta en la bolsa o maleta, hay algunas pautas que sería imprescindible seguir, para evitar el deterioro de la bicicleta: no os podéis imaginar el trato que a veces reciben las bicicletas por los mozos de carga de los aeropuertos. Esperamos que nuestra experiencia sirva para que no sufráis los mismos percances que hemos padecido nosotros mismos en diferentes ocasiones.

Retirar los cierres
Al desmontar las ruedas eliminaremos los cierres rápidos, así logramos que sean más estrechas y quitamos puntos de posible conflicto entre los tubos del cuadro y las ruedas.

Protección máxima
En las tiendas de bicis podéis pedir que os den los protectores de plástico con los que embalan algunas ruedas nuevas: de esta manera las aristas del buje no pueden dañar el cuadro en caso de que la bolsa reciba golpes.

¡Sin aire!
Aunque la bolsa de la bici lleve compartimentos para las ruedas, es mejor utilizar, además, bolsas individuales. Nunca debemos olvidar quitar la presión de las ruedas: la bodega de carga no va presurizada como la cabina de un avión y pueden explotar.

Punteras a salvo
Lo mismo con unos bujes viejos, como con los separadores de plástico que traen de fábrica las horquillas y cuadros, podemos proteger las punteras. También podemos utilizar unos cierres rápidos, a los que pondremos un tubo (de plástico o metal) que haga las veces de buje.

Cuidado con la patilla
Para evitar que, tras un golpe, o al apoyar la bolsa de la bicicleta sobre alguna mercancía pesada nos puedan doblar la patilla del cambio, es mejor desarmar el desviador trasero: se tarda pocos segundos y evitamos una avería difícil de reparar.

Todo sujeto
Ayudados por trapos, cintas, gomas o tiras de velcro, inmovilizaremos el cambio trasero y las bielas: de esta manera evitamos que se arañe el cuadro con el pendular del desviador o la cadena.

Con mimo
Con una cubierta vieja, un par de remaches y un trozo de goma, nos hemos fabricado este protector de platos. Su función es evitar que se doble algún diente del plato grande o que se taladre la bolsa portabicis al recibir un impacto en esta zona.

Todo listo
Nosotros siempre colocamos la bicicleta del revés, con el manillar y el sillín hacia abajo, metemos las ruedas en sus fundas e introducimos bolsas con ropa para que actúen a modo de amortiguadores de golpes.
La voz de la experiencia:
  • -La maleta, bolsa o caja de la bici nos puede venir muy bien para facturar dentro otro material que pese poco y abulte mucho: casco, zapatillas, bomba de hinchar de taller… así podremos llevar menos equipaje de mano.
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  • -Llevar varios trapos y un pulverizador con limpiacristales: al montar y desmontar la bici nos vamos a machar con grasa de la cadena, los platos, suciedad de las zapatas de freno…
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  • -Además de avisar a la compañía, en el momento de hacer la reserva del vuelo, de que llevamos una bicicleta como equipaje, pediremos el cuadro de indemnizaciones para los casos de rotura o pérdida.  Cada compañía tiene una política de indemnizaciones y, en caso de que tu bicicleta sea muy cara, te permitirán asegurarla aparte, aunque los precios de los seguros suelen ser demasiado elevados. Por experiencia os diremos que es bastante frecuente que nos rompan o bien la bolsa o la maleta o algún componente de la bicicleta.
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  • -Nosotros metemos bolsas, con la ropa de ciclismo, entre los componentes de la bicicleta y el cuadro, así nos aseguramos de que queda mejor aislado todo dentro de la maleta, caja o bolsa.
  • -Aunque, teóricamente, no se pueden transportar mercancías frágiles en la bodega de carga de un avión, poned siempre etiquetas o carteles visibles con el rótulo de ¡MUY FRÁGIL!
Fuente: http://www.ciclismoafondo.es